El mundo al revés: destruir archivos con software de recuperación de datos

Recuperar archivos mediante software de recuperación de datos puede tener resultados inesperados

Remedios caseros para recuperar datos perdidos

¿Quién no ha sufrido alguna vez un accidente digital en el cual haya perdido archivos valiosos de su ordenador? Desde borrar ficheros por error o equivocarnos de unidad al formatear, hasta tener la mala suerte de que ocurra un fallo en el software o en el sistema operativo… muchas son las causas que nos pueden dejar sin nuestros archivos más valiosos.

Ante esta situación, muchas personas recurren a remedios “caseros” e intentan recuperar esos datos perdidos por sí mismos, mediante el uso de algún tipo de software de recuperación de datos que escanea la unidad de disco en busca de los ficheros perdidos o borrados.

Dependiendo del alcance de los daños en la estructura lógica interna de la unidad, este tipo de programas pueden ser más o menos efectivos. En ocasiones, gracias a ellos es posible localizar y extraer del disco algunos de los archivos perdidos.

Pero, ¡cuidado! A veces el mayor riesgo puede ser el propio usuario, si no opera de la manera adecuada.

¿Por qué es posible recuperar un archivo borrado?

Para entenderlo de una forma básica, pensemos que el archivo está físicamente grabado en un plato magnético del disco duro, en una posición específica. El disco duro tiene un índice que señala la posición de cada archivo.

Cuando se borra un archivo, sólo se elimina su referencia del índice. En realidad, el archivo “borrado” sigue ahí. Sin embargo, ahora su posición aparece como espacio disponible para grabar otros archivos.

Cuidado al elegir el destino de los datos recuperados

Cuando el usuario intenta recuperar los datos mediante software, puede ocurrir que no disponga en ese momento de otra unidad de disco aparte. Y es posible que decida guardar los datos recuperados en otra carpeta dentro de la misma unidad afectada por el problema.

El usuario se pregunta: “Si hay suficiente espacio libre, ¿por qué no guardarlos en otra carpeta de la misma unidad?”. La respuesta que daría a esta pregunta un profesional es que “es una pésima idea”.

¿Por qué es mala idea? Cuando los archivos han sido borrados (ya sea intencionadamente, por error, o por un fallo de software), la posición que ocupan en la unidad de disco es considerada por el sistema operativo como espacio libre y utilizable.

Por lo tanto, al crear una carpeta “nueva”, no podemos saber si esa carpeta está en un espacio “nuevo” (que no ha sido ocupado anteriormente) o se trata de un espacio reutilizado. Si es un espacio reutilizado, puede ocurrir que se encuentren en él, calladamente, los bits de información que componen nuestros preciados archivos perdidos.

Archivos recuperados pero… ¿corruptos?

Al poner en marcha el software de recuperación, éste ordenará al sistema operativo que escriba datos en el disco, y el sistema comenzará poco a poco a reutilizar o sobrescribir el área donde estaban ubicados nuestros archivos borrados o perdidos.

Este proceso puede hacer que nuestros archivos queden parcial o completamente sobrescritos, resultando así inservibles aunque los recuperemos (ver infográfico más abajo).

En otras palabras: a la vez que vamos recuperando unos archivos, vamos destruyendo otros. El resultado de esto es una recuperación de datos en la cual habrá unos pocos archivos recuperados correctamente, y una gran mayoría de archivos corruptos que no se abren o visualizan correctamente, habiendo estos quedado ya destruidos de forma irremediable.

En conclusión, si alguna vez opta por recuperar los archivos usted mismo, siempre guarde los archivos recuperados en otra unidad física de disco distinta a la afectada por el problema. Así evitará la sobrescritura de los datos y su irremediable pérdida. No obstante, si quiere obtener unos mejores resultados y no correr ningún riesgo, ponga su disco en manos de profesionales de la recuperación de datos. En Ondata puede solicitar sin compromiso un diagnóstico y presupuesto de recuperación de datos.

Recuperación de archivos mediante software. Cuidado: si el destino para los archivos recuperados es el mismo disco, puedes destruir tus datos

¿Cómo entran las hormigas en un disco duro?

Recuperacion de datos de disco duro dañado por hormigas

En esta foto os mostramos un disco duro lleno de hormigas que hemos recibido en el laboratorio de recuperación de datos, procedente de un país africano.

Como sabréis, los discos duros son sumamente delicados, en especial los platos magnéticos donde se almacenan los datos en formato digital.

Cuando los platos empiezan a girar, cualquier partícula minúscula causa daños en la emulsión magnética al ser arrastrada por las cabezas de lectura-escritura.

Y cualquier daño en la emulsión magnética puede dificultar o imposibilitar la recuperación de los datos. Ya os imagináis que encontrar una legión de insectos paseándose por los platos no es una buena noticia…

Los discos suelen salir de fábrica herméticamente sellados. Muchos tienen un conducto de ventilación, pero llevan un filtro para que ninguna partícula pueda pasar. Entonces, ¿cómo han podido entrar las hormigas?

En este caso parece que han logrado encontrar un camino hasta la goma que sella herméticamente el disco por el lado del conector SATA. Entonces, han roído la goma, han entrado en la unidad y se han puesto a recorrerla tranquilamente, llegando hasta los platos magnéticos como véis en la imagen.

En otras ocasiones se ha descrito la entrada de hormigas a través de diminutos orificios de ventilación.

¿Por qué atraen a las hormigas los dispositivos electrónicos?

A las hormigas a menudo les gusta anidar dentro de los ordenadores y otros aparatos eléctricos debido al calor que desprenden, lo cual acelera el desarrollo y crecimiento de sus crías.

La electricidad no sólo no las ahuyenta, sino que al parecer las atrae en ciertos casos. Son famosas por ello las llamadas “hormigas locas”, una especie invasora que en Texas (EEUU) ha llegado a irrumpir masivamente en todo tipo de aparatos eléctricos, produciendo cortocircuitos y causando problemas hasta en el centro de la NASA en Houston, aparte de un buen número de incidentes de discos duros dañados y pérdidas de datos en ordenadores domésticos, laptops y smartphones.

En los foros de internet no escasean las historias de discos invadidos por hormigas. Casi siempre hay algún forero chistoso que no se resiste a decirle al afectado que tiene que hacer “debug” de su sistema, bromeando con la palabra técnica debug, que en el argot informático se refiere a depurar o “eliminar errores” y en su sentido literal significa “eliminar los bichos”. Ya en la época de las primeras computadoras electromecánicas hay documentada alguna famosa anécdota en que un insecto real fue la causa de los fallos del sistema.

Anécdotas aparte, hay que evitar por todos los medios este tipo de problemas, así que si encuentras hormigas cerca de tu ordenador, no lo dejes para mañana y toma las medidas oportunas para que la zona esté libre de insectos. Cualquier parásito dentro del disco puede causar daños irreparables en los platos magnéticos, dificultando en gran medida la recuperación de los datos contenidos en el mismo.

¿Por qué mi PC funciona cada vez más lento? (II)

Un disco duro fragmentado puede acabar en recuperación de datos

(Para ver la primera parte de este artículo pulse aquí).

Por qué la fragmentación es perjudicial

Los discos duros son dispositivos físicos, con partes mecánicas que funcionan a una velocidad muy alta y que requieren una precisión nanométrica. Entonces, ¿será bueno tener un alto nivel de fragmentación en nuestro disco duro? La fragmentación le hará trabajar muchísimo más de lo necesario cada vez que necesitamos algún archivo.

Esto podría compararse con conducir nuestro coche siempre al máximo de revoluciones; si lo hiciéramos, seguro que iba a tener una vida muy corta.

Con los discos duros pasa lo mismo. Si se someten a un esfuerzo continuo muy grande, la vida de sus componentes se puede acortar de forma notable, haciendo que algunas partes mecánicas se degraden dañando nuestros datos e incluso llegando a imposibilitar por completo el acceso a ellos.

Cuando eso ocurre, la única opción viable es llevar nuestro disco a una empresa especializada en recuperación de datos, para que, mediante las técnicas de recuperación más avanzadas y utilizando la tecnología adecuada, puedan recuperar su contenido.

¿Cómo mejorar el rendimiento del disco?

Entonces, cuando nuestro ordenador esté lleno de archivos fragmentados y el rendimiento sea malo, ¿qué podemos hacer para mejorarlo? Hay un proceso que permite que el sistema reorganice todos los archivos que hay en el disco, de forma que todos los fragmentos que han sido dispersados se coloquen juntos, y todos los huecos que han ido quedando sean ocupados por archivos repartidos por el disco.

De esta forma, cada vez que nuestro ordenador requiera abrir un programa o un archivo podrá encontrar todos sus fragmentos sin tener que buscarlos en distintas partes, haciendo aumentar en gran medida el rendimiento del sistema. Este proceso se llama “desfragmentación”.

Por las razones que hemos visto, desfragmentar nuestro disco duro puede ayudarnos a mantener nuestro ordenador optimizado.

¿Cómo puedo desfragmentar el disco?

Hay muchas utilidades que pueden realizar esta tarea, entre ellas, el Desfragmentador de disco de Windows, incluido en las Herramientas Administrativas a las que se accede por el menú de aplicaciones. Se trata de una utilidad fácil de manejar que nos permitirá mantener nuestra máquina a punto evitando cargar al sistema con tareas innecesarias. Aunque esta utilidad suele estar configurada por defecto para desfragmentar el disco de forma automática, recomendamos revisarla y asegurarnos de que esté correctamente programada para nuestras necesidades.

Por ejemplo, puede ocurrir que el Desfragmentador esté programado para funcionar de madrugada, pero si nosotros dejamos el ordenador apagado todas las noches, no podrá realizar su función. Veamos un ejemplo.

Recuperar archivos de disco duro dañado por fragmentacion

En el ejemplo de la imagen, la programación está hecha para que desfragmente el disco automáticamente los miércoles a la 1:00. El usuario debería recordar dejar encendido el ordenador la noche de los miércoles o, como alternativas, cambiar la hora de ejecución programada o arrancar el proceso de forma manual pulsando “Desfragmentar disco”.

Como medida de prevención, no podemos dejar de recordar la importancia de asegurarte de tener copia de seguridad antes de realizar cualquier actividad de mantenimiento.

Aunque técnicamente la desfragmentación no genera ningún problema, se podrían perder datos si por ejemplo durante la desfragmentación hay un apagón o algún tipo de fallo eléctrico y el proceso se interrumpe de forma brusca y sin que sea controlada por el sistema. Con una buena copia de seguridad, reciente y comprobada, estarás preparado para cualquier imprevisto y no te verás en la necesidad de tener que recuperar tus datos.

¿Por qué mi PC funciona cada vez más lento? (I)

Si el PC va lento puede acabar en recuperacion de datos

Casi todos hemos experimentado alguna vez cómo nuestro ordenador va respondiendo con mayor lentitud a medida que pasa el tiempo.

Algunas veces sucede en los equipos que utilizamos para trabajar, por lo que no se puede culpar a que haya muchas descargas de archivos o demasiados programas instalados.

Un rendimiento reducido podría deberse a muchos factores, y lo primero que se suele pensar es que al PC le falta RAM o que hay que comprar otra máquina más potente quizá con un procesador superior, porque la que tenemos ha dejado de darnos el rendimiento suficiente.

Hace tiempo que la tecnología, en lo relativo a ordenadores, no avanza tan rápidamente, por lo que la necesidad de renovar nuestro PC o portátil no es tan habitual como antes. Hoy en día un ordenador medio puede darnos servicio durante varios años ya que los requisitos para su uso en ofimática, navegación, etc. no son elevados.

Entonces, ¿por qué ahora nuestro ordenador responde tan lentamente? ¿Por qué antes abría las aplicaciones cotidianas en apenas un segundo y ahora tarda muchísimo más que hace un año?

Un componente crítico para la velocidad del PC

Hoy queremos centrarnos en uno de los componentes más importantes de un ordenador, el encargado de tener disponible prácticamente toda la información necesaria para que el ordenador nos pueda ser útil como herramienta de trabajo; hablamos del disco duro.

El disco duro es donde están alojados tanto el sistema operativo como las aplicaciones que utilizamos a diario, nuestros archivos y datos, además de muchos otros elementos necesarios para un correcto funcionamiento.

A fin de entender la posible causa de que nuestro ordenador funcione cada vez más lentamente, necesitamos primero tener una idea básica de la forma en la que los archivos se almacenan en nuestro disco duro.

Para ello, vamos a comparar el disco con una estantería en cuyos huecos iremos colocando libros a medida que los vayamos comprando.

El disco duro: una estantería cada vez más llena…

Cuando empecemos a rellenar la estantería nueva, quizá tengamos sólo 4 ó 5 libros, por lo que los podremos colocar juntos en la primera balda de las estantería. En cuanto necesitemos uno de ellos, al haber pocos, lo encontraremos enseguida.

Según vaya pasando el tiempo, la estantería estará cada vez más llena, pero aún tendremos algunos huecos vacíos ya que nos habremos ido deshaciendo de algunos libros.

Imaginemos que tenemos 10 huecos libres. Por supuesto, al haber sacado los libros de diferentes estantes no estarán todos los huecos juntos. Ahora recibimos una nueva enciclopedia de 8 tomos, y como queremos ponerla rápidamente en la estantería, vamos colocando cada tomo en uno de los huecos libres que están dispersos, por lo que los 8 tomos quedarán separados.

Ahora digamos que esa estantería tiene miles de baldas con cientos de miles de libros y enciclopedias cuyos tomos hemos ido colocando aleatoriamente en los huecos que se han ido quedando libres. ¿Cuánto tiempo tardaríamos en reunir todos los tomos de una enciclopedia? ¿Y de varias enciclopedias?

Dependiendo de la cantidad de libros que tengamos almacenados, nos podría llevar muchísimo tiempo el encontrar cada uno de los tomos, sacarlos de la estantería y colocarlos en su orden correcto.

Disco duro fragmentado = estantería desordenada

Bien, en cierto modo, así es como los archivos están en nuestro disco duro. El disco se va llenando y a medida que van quedando huecos libres (debido a que vamos borrando algunos archivos), el sistema va ubicando nuevos archivos en esos huecos. Si hay archivos grandes que no caben en un sólo hueco entonces fragmentará los archivos en varias partes para poder poner cada una de ellas en una ubicación distinta.

Así, al intentar abrir esos archivos grandes, tendrá que buscar todas sus partes y juntarlas en el orden correcto, lo que causará que el tiempo que tarde en abrir este tipo de archivos cada vez sea mayor (no olvidemos que los archivos pueden crecer). En consecuencia, nuestro ordenador irá cada vez más despacio. Este proceso es conocido como “fragmentación”.

Por qué la fragmentación es perjudicial

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Cómo reducir en verano el riesgo de pérdida de datos

Disco duro y temperaturas altas

Como cada verano, el laboratorio de recuperación de datos de Ondata ve aumentar el número de averías debidas a las altas temperaturas y picos de tensión.

Hoy os contamos de forma básica cómo afectan a los discos duros estos dos factores —calor y sobretensión—, esperando evitar algún disgusto veraniego de pérdida de datos mediante medidas sencillas de prevención, como no dejar el ordenador en un coche a pleno sol, o desconectar los enchufes en caso de tormenta.

Tu disco duro y el calor

El disco duro se ve afectado por el calor de dos formas: por el recalentamiento y por los posibles cambios bruscos de temperatura. Las averías vendrán originadas por la dilatación de las piezas mecánicas al calentarse excesivamente, por su posterior contracción al pasar del calor al frío (o el proceso contrario al pasar del frío al calor), así como por la posible condensación causada dentro del disco al variar rápidamente su temperatura.

Pero… ¿cuánto es “demasiado calor” para un disco duro? ¿A qué temperatura se pone cuando está en funcionamiento? ¿Sabes cuál es el rango de temperatura recomendado para tu disco? Si tienes curiosidad por conocer los datos concretos de tu dispositivo, los encontrarás en las especificaciones del fabricante, aunque ya te adelantamos que en general, la máxima temperatura aceptable para un disco que está funcionando es de 55°C, y en algunos modelos hasta 60°C.

En cuanto a la temperatura estando apagado (non-operating temperature), el límite máximo aceptable sube hasta los 70°C.

A pesar de que puedan parecer límites muy elevados, se trata de temperaturas bastante más bajas que las que pueden soportar otros componentes del ordenador, por ejemplo las placas de vídeo o los procesadores.

¿Cuál es entonces la temperatura de funcionamiento ideal para los discos duros? Es un tema controvertido, aunque diversos informes y foros situan el rango ideal entre los 25 y 40°C.

¿A qué temperatura está tu disco mientras lees este blog? Si quieres, puedes averiguarlo con la aplicación Disk Control de Ondata, que lee los sensores de temperatura del disco y te informa de su evolución, para que puedas tomar medidas si es necesario. Puedes descargar la versión demo de Ondata Disk Control desde aquí.

Ondata Disk Control

Efectos del calor y de los cambios bruscos de temperatura

Una temperatura muy alta puede provocar que el sistema de ventilación no refrigere lo suficiente y los discos se sobrecalienten. En los ordenadores modernos, este inconveniente suele minimizarse mediante un buen diseño del sistema de ventilación; los mayores problemas pueden surgir si se somete al ordenador a cambios bruscos de temperatura.

Por ejemplo, cuando tenemos un equipo portátil que se traslada con frecuencia entre la vivienda, el coche y la oficina, los cambios de temperatura son continuos. Si dejamos el coche al sol, una temperatura exterior de 35 grados centígrados puede causar más de 60 en el interior del vehículo. Por si fuera poco, además de la alta temperatura hay un agravante añadido: lo deprisa que se calienta. Cualquiera sabe que el coche se convierte en un “horno” tras estar aparcado a pleno sol durante horas; lo que no es tan obvio, como destacan algunos estudios, es que el interior de un coche a pleno sol puede subir en promedio unos 20 grados centígrados, en sólo una hora.

Si desde un coche al sol nos llevamos el portátil a la oficina o a la cafetería con aire acondicionado, allí habrá 20, 21 o 22 grados. Esta temperatura sería aceptable en circunstancias normales, pero en nuestro ejemplo, estaríamos sometiendo al disco a una disminución casi instantánea desde los 60 grados del coche a los 20 del aire acondicionado, aumentando de forma importante la posibilidad de una avería.

El disco duro tiene componentes electromecánicos que son de alta precisión y tienen que estar perfectamente sincronizados entre sí. Están preparados para funcionar en un rango amplio de temperaturas, pero cambios muy bruscos pueden ocasionar que algunas de las piezas tengan un funcionamiento defectuoso. Pueden existir distintos fallos por el problema mecánico de una expansión o reducción del tamaño físico debido al calor o al frío, por ejemplo un posible «desalineamiento» de los cabezales en la zona de aparcamiento, que al poner el disco en marcha causen daños.

Tormenta verano

Sobretensión: cuidado con las tormentas

Las pérdidas de datos por efecto de las tormentas son muy típicas del verano, aunque naturalmente son posibles durante todo el año. Las sobretensiones causadas por rayos pueden dañar los circuitos de los discos duros y en ocasiones llegan a destruir los datos.

Actualmente, las viviendas y oficinas están preparadas para las sobretensiones. Todas las compañías eléctricas tienen instalados sistemas de protección para que no haya averías y no exista peligro para las personas. Pero en caso de tormenta, existe la posibilidad de que la energía eléctrica de un rayo caiga sobre tendidos eléctricos que se vean afectados parcialmente. No suele suceder nada; las protecciones de las líneas normalmente absorben ese impacto eléctrico, pero puede producirse una pequeña sobretensión que va a ir traspasándose y va a llegar a las viviendas y a las oficinas.

Como es sabido, el ordenador funciona a 220 voltios. Sin embargo, en su interior, la mayoría de los componentes electrónicos funcionan a muy baja tensión, por medio de un sistema de alimentación interno. Hay componentes que funcionan a 12 voltios, a 5 o a menos. Cuando hay una sobretensión que logra pasar todos los filtros, a los pequeños circuitos internos del ordenador llega un voltaje mucho mayor de lo que están preparados para soportar. En este caso se pueden producir averías incluso con el ordenador apagado.

Por eso la recomendación será, sobre todo en verano, que si vamos a estar ausentes no dejemos el ordenador conectado a la red eléctrica, sino que físicamente desconectemos los cables de los enchufes. Apagar el ordenador y desconectarlo del enchufe es la mejor protección durante una tormenta eléctrica.

Si a pesar de tus precauciones no puedes acceder a los datos, lo más prudente es apagar el equipo y no intentar remedios caseros; la manipulación por manos inexpertas podría producir daños fatales. Solo una empresa especializada en recuperar datos de discos duros dispone del personal cualificado y los materiales necesarios para dar una solución con garantías. El laboratorio de recuperación de datos de Ondata International realiza el diagnóstico de este tipo de avería de forma gratuita y sin compromiso.

¿Se pueden recuperar los archivos tras haber formateado el disco?

Recuperar datos y archivos de un disco formateado por error

“Este disco duro cada vez va peor. ¡Tarda un siglo hasta que veo los archivos!” Si esta situación te suena familiar, asegúrate de hacer copia de seguridad de tus datos importantes antes de que el problema empeore… como le ocurrió al protagonista de nuestra historieta.

Es algo habitual: impacientes por terminar ese trabajo o enviar ese mensaje urgente, no nos paramos a pensar en una inminente avería. Sólo nos preocupa conseguir que el disco funcione como siempre.

En esta situación, el usuario no logra acceder a sus archivos y pulsa “Sí” o “Aceptar” ante cualquier pregunta que aparece en la pantalla, aunque no entienda muy bien su significado.

Así, puede ocurrir que pulse “Formatear disco” al ver el mensaje “Formatee el disco en la unidad G: para poder usarlo”. En cierta forma, es lógico. Pues claro, ¡adelante!, formatéalo o lo que quieras… ¡si yo lo único que quiero es justamente eso: poder usarlo…!

¿Por qué se supone que uno debe saber que al formatear se eliminan los datos? No son pocos los usuarios que, como nuestro protagonista, se han enterado de que el formateo deja el disco vacío tras tener una experiencia similar.

¿Qué hacer si has formateado el disco por error y necesitas recuperar tus archivos?

La buena noticia es que el formateo, aunque elimina el acceso a los datos, no los borra de su soporte físico, de los platos magnéticos donde se almacena la información digitalizada.

Los datos se pueden recuperar mediante software adecuado aunque el disco haya sido formateado. En este caso el mayor problema no es el formateo, sino la avería que originó de entrada el mal funcionamiento, la lentitud y la dificultad de acceso.

Cuando un disco empieza a dar ese tipo de problemas, puede estar fallando por diversos motivos: pistas o sectores defectuosos, fallos en el firmware, fallo inminente de la mecánica interna etc.

Si has formateado el disco por error y necesitas recuperar tus archivos, lo más importante es que no se sigan copiando archivos o ejecutando programas en el mismo, ya que se pueden sobrescribir los datos originales y perderse irremediablemente.

Para tener las mayores garantías de recuperación, es recomendable acudir a un servicio especializado de recuperación de datos, que cuenta con la tecnología y experiencia necesarias para poder recuperar los datos en estos casos.

Recuperar datos y archivos de un disco formateado por error

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¿Tus copias de seguridad son seguras?

Disco duro dañado, recuperar archivos: Historieta basada en casos reales de pérdida de datos. Ondata Recuperación de Datos

El protagonista de nuestra historieta de hoy está convencido de poder recuperar sus archivos en cualquier momento porque hace varias copias de seguridad.

Un apagón repentino le saca de su error: el disco queda dañado y entonces descubre que no puede acceder a sus archivos -ni a los originales ni a las copias- porque todos ellos estaban en la misma unidad . De repente, ha perdido todo su trabajo y sus recuerdos: fotos, vídeos…

En principio, realizar copias en el mismo disco puede sacarte de algún apuro. Por ejemplo, si borras por error algún archivo, lograrás recuperarlo de la copia de seguridad.

Sin embargo, si el disco sufre alguna avería de tipo mecánico o lógico, la cosa se complica. Una vez que el acceso al contenido del disco queda imposibilitado debido a la avería, no vas a poder rescatar de inmediato ninguna de las copias de los archivos que necesites.

En resumen, digamos que NO son seguras las copias de seguridad que se realizan en el mismo disco físico que los archivos originales.

Aunque para algunos de nuestros lectores esto sea una obviedad, en algunos casos no lo es tanto. Por ejemplo, si el disco duro interno está formateado con varias particiones, éstas aparecerán en el navegador de archivos como unidades independientes.

Para el usuario medio, estas unidades lógicas serán indistinguibles de unidades físicas; se ven como si fueran varios discos instalados en el mismo ordenador. Cuando guarda sus archivos o configura el backup, el usuario puede creer que está haciéndolo en discos separados, aunque involuntariamente estará colocando todos los ficheros en un mismo dispositivo, y si este falla… ¡adios a los datos!

¿Se pueden recuperar los archivos?

En el laboratorio de Ondata se siguen atendiendo casos como este, en los que la única solución es recurrir al servicio de recuperación de datos, puesto que no existe copia de seguridad o ésta no es accesible (a pesar de que el usuario se había preocupado de hacer su copia… pero estaba en el mismo disco).

Las posibilidades de recuperar los datos dependerán del tipo de avería. Esta puede variar desde un fallo de tipo lógico relacionado con el sistema operativo, hasta un problema mecánico en las piezas del motor de giro o en los cabezales de lectura-escritura, o un fallo de los circuitos electrónicos causado por un apagón y el consiguiente sobrevoltaje que se produce al volver la electricidad, como ocurre en nuestra historieta de hoy.

Afortunadamente, en el caso real que inspiró la historieta, los técnicos de Ondata pudieron sustituir los circuitos afectados, poner en marcha el disco y volcar todos los datos a un disco duro nuevo, de forma que nuestro protagonista recuperó todos sus archivos de trabajo y sus recuerdos familiares.

Disco duro dañado, recuperar archivos: Historieta basada en casos reales de pérdida de datos. Ondata Recuperación de Datos

[Vídeo] Disco duro que falla por “head crash” (choque de la cabeza contra el plato)

El video de hoy muestra un disco cuyo plato magnético se encuentra severamente dañado por contacto con la cabeza. Se pueden observar numerosas pistas totalmente dañadas.
El principio de funcionamiento de los discos duros es que las cabezas “flotan” sobre el colchón de aire que se genera con el giro de los platos.

Si, por accidente o defecto, la cabeza llega a tocar los platos, se producen daños irreparables en la cabeza y en los platos.

Las cabezas pueden entrar en contacto con el plato por diversos motivos, por ejemplo:

  • defectos del bloque de motor,
  • defectos de los brazos de las cabeza,
  • cortes de suministro eléctrico,
  • desconexión manual de la red eléctrica,
  • golpes.

En el vídeo se observa cómo, al poner el disco en funcionamiento, las cabezas están casi en permanente contacto con la superficie del plato y siguen produciendo nuevos daños.

Casi nunca se puede obtener una lectura correcta de un disco que ha sufrido un headcrash. En este tipo de casos no es posible recuperar la información de los platos magnéticos, ya que ha sido físicamente destruida.

En raras ocasiones se logra calibrar algún disco en el que el headcrash no era severo y el sector de arranque no estaba dañado.

Más información sobre esta serie de vídeos en Cómo falla un disco duro o por qué Murphy no tiene (tanta) razón

[Vídeo] Disco averiado por suciedad en los platos magnéticos

El funcionamiento de los discos duros se basa en que las cabezas de lectura-escritura se desplazan a escasas milésimas de milímetro del plato magnético sin llegar nunca a tocarlo, por el efecto de la fuerza del aire que despide el plato al girar. El espacio entre la cabeza y el plato es mucho más fino que un cabello.

Si se introduce cualquier minúscula partícula entre la cabeza y los platos magnéticos, la partícula es arrastrada por la cabeza mientras los platos siguen girando. De este modo se producen daños en los platos y en las cabezas.

Por esta razón los platos de los discos duros están protegidos por una cámara casi estanca para impedir la entrada de partículas de polvo, suciedad y evitar la entrada de humedad.

En el video observamos cómo pequeñas partículas de suciedad dañan inmediatamente la cabeza y los platos, impidiendo el acceso a los datos.

En el próximo artículo veremos un fallo por head crash (choque de la cabeza contra el plato).

Más información sobre esta serie de vídeos en Cómo falla un disco duro o por qué Murphy no tiene (tanta) razón