Vamos a empezar la historieta de hoy por el final: “Ten siempre más de una copia de tus archivos importantes”. Si el protagonista de nuestra historia se hubiera aplicado esta moraleja, no tendríamos nada que contar, porque probablemente no hubiera traido un disco duro dañado a nuestro centro de recuperación de datos.
Pero ya se sabe que no siempre existe una copia de seguridad… o quizá sí existe pero no está al día… o la mala suerte se concentra: ¡el disco de copia y el original fallan al mismo tiempo!
Por eso, en caso de que quieras llevar tus archivos de un disco duro a otro, nuestra recomendación es: “No muevas tus archivos, ¡cópialos!”.
Quizá este consejo parezca exagerado a quienes son partidarios de mover los archivos de una unidad a otra, para evitarse el trabajo de borrar manualmente los originales. En todo caso, creemos que contar nuestra experiencia puede resultaros útil; a partir de ahí, que cada uno decida qué nivel de seguridad quiere aplicar al gestionar sus archivos.
Después de ver la variedad de incidencias que acaban requiriendo una recuperación de datos, creemos que es mucho más prudente copiar los archivos a su nuevo destino en vez de moverlos. Una vez copiados, podremos verificar si el proceso de copia ha funcionado correctamente. Sólo entonces –y siempre contando con que además habremos hecho backup– será seguro borrar los archivos originales.
Además hay que tener en cuenta que si el disco de destino es externo, está mucho más expuesto a accidentes. Y desde luego, para que un golpe cause pérdida de datos, no tiene que ser necesariamente tan catastrófico como el pelotazo de nuestra historieta.
Posibilidades de la recuperación de datos
“¿Cómo se ha podido estropear por caerse de una distancia tan pequeña?”, nos comentan extrañados algunos clientes cuando solicitan la recuperación de datos, mientras nos explican que el disco dañado “sólo” recorrió uno o dos centímetros antes del golpe. Pues sí: cualquier caída por pequeña que sea puede afectar gravemente al disco duro, sobre todo si está en funcionamiento y las cabezas rozan los platos magnéticos mientras estos giran a toda velocidad.
De hecho, en el caso real que inspiró esta historieta, el disco duro externo al que se habían movido los archivos estaba bastante dañado y sólo sería posible una recuperación parcial. Afortunadamente, el cliente había tenido la precaución de no realizar ninguna otra operación con el disco original borrado. Gracias a esa medida, los datos estaban intactos en el soporte físico del disco, y en el laboratorio se consiguió recuperar todos los archivos.